De visita... [Amanda Styffen]

Estaba sentada en mi cama viendo las fotografías que me habían echado el día anterior. Salía en todos los periódicos, o en primera plana o en la sección de deportes.
Llamaron al timbre. ¿QUién sería?
Me levanté y me dirigí al piso de abajo para así abrir la puerta, ya que ni mi mayordomo ni mi padre estaban en casa.
Abro la puerta y veo a un Chuck Bass de traje completamente recto.
Hola Le digo a modo de saludo ¿Quieres pasar?

Niego con la cabeza. Si estuviera ocupada no te hubiera invitado a pasar, Chuck...Me hago a un lado esperando a que pasara mientras me paso una mano por el pelo completamente liso que llevaba ese día.

Por supuesto.... Sonreí de satisfacción, estaba muy orgullosa del trabajo que había hecho en cuanto al patinaje.
¿Qué tal tú?Llegamos al salón y nos sentamos en uno de los sofás

No pude evitar sonreír, y más al escuchar esas frases por parte de él.
¿Quieres tomar algo?Le pregunto tranquilamente. Me había echado de menos... Me había echado de menos! No podía dejar de cantar eso mentalmente

Eso nunca falta en esta casa...Me levanto y me dirijo hacia la coctelera y preparo dos martinis, dejándolos después encima de la mesa y cogiendo el mío para beber un sorbo después de sentarme en el sofá. ¿Había venido Chuck para algo en especial?

Así que todavía distingues un buen martini... El martini era mi copa favorita y la de mi padre, por lo que en mi casa no faltaba el martini importado, que estaba mucho más bueno.
Chuck... Digo, tenía que saber por qué estaba allí. ¿Por qué has venido?

¿Quieres volver a conquistarme, Chuck?Esperaba un sí como respuesta. Espero que sepas que no te lo voy a poner nada fácil...No podía volver a caer en sus brazos si no tenía claro que lo hacía porque de verdad me quería, no iba a volver a sufrir

Sonrío dulcemente cuando me dice eso y noto sus dedos en mis labios, acariciándolos.
Me alegro de que lo entiendas. Me acerco lentamente a él, sin saber muy bien qué hacer, pero me daba completamente igual

Lo besé al principio con pasión, pero luego profundicé más el beso, haciéndolo más lento, más suave y más dulce, mientras entrelazaba mis dedos en su pelo al ritmo del beso.

Seguí besándolo de esa manera cuando noté sus manos en mi cintura que me acercaba mucho más a él, sin poder evitarlo, abrí las piernas y me senté sobre sus rodillas sin dejar de besarlo, con el cuerpo completamente pegado al suyo.

Cerré los ojos en cuanto empezó a bessarme el cuello, ese era mi punto débil, y una vez que me tocaban el cuello quizás ya no podía parar, y más cuando esos labios eran los de Chuck Bass, que me volvía cada vez más loca.
Seguía acariciándole el pelo, cada vez con más fuerza.

Los vaqueros pegados que llevaba empezaban a arder poco a poco por los lugares en donde Chuck ponía sus manos, haciendo que mi temperatura aumentara más de lo normal.
Le quité la chaqueta de forma rápida y empecé a desabotornarle los botones de la camisa.

Pongo mis manos en su pecho acariciándolo mientras lo sigo besando, efectivamente, me estaba volviendo completamente loca. Escuché un ruido extraño que hizo que me separara de él bruscamente y le tapara la boca para que no dijera nada y estuviera en silencio.
Escuché un movimiento de llaves.
Mierda, mi padreDigo rápidamente

Le pongo la camisa y la chaqueta rápidamente y le abotono los botones con gran velocidad, para después arreglarme un poco mi camisa y sentarme a su lado.
Actúa con naturalidad..Susurro.
Mi padre llega desde detrás del sofá.
Se me ha olvidado coger el maletín...Dice. Ah, hola, Chuck .¿Cómo estás? ¿Sabes si está tu padre en el hotel? Necesito hablar con él...

Pues voy a verlo, tenemos asuntos que atender...Explica. Y por cierto, chicos, los botones de las camisas no suelen ir así abotonados...Dice antes de salir por la puerta, por lo que yo sin poder evitarlo empecé a reír y eché la cabeza hacia atrás en el sofá.

Por lo menos no ha dicho otras cosas...Te podía haber echado de aquí, directamente... Soy su niña.. Digo riendo con los ojos cerrados. Deberíamos aprender a abotonar botones rápidamente.

Pues en los botones...Susurro sensualmente mientras se los volvía a desabrochar. Pero casi que mejor si vamos a mi habitación, ¿no crees?

Me volví a pegar a su cuerpo y le correspondí al beso. Notaba su sexo muy cerca del mío, por lo que sonreí y me separé de él.
Vaya, la próxima vez, también necesitaremos una almohada más grande...Le susurro al oído antes de morderle el lóbulo

¿Y qué pasa si yo ahora te dejo con las ganas de más? Digo todavía en su oído. Nunca dije que se lo fuera a poner fácil, ¿o sí?

¿Recuerdas lo de: no te lo voy a poner fácil? Digo separándome de él. Todavía no me has demostrado que me quieres...¿Cómo sé yo que esto no es un simple polvo?. No podía evitar pensar eso, me había hecho mucho daño, y por mucho que yo le quisiera, él quizás no sentía lo mismo y yo era un polvo más en su lista interminable

Tengo mis dudas... No es la primera vez que te has tirado a una chica con palabras parecidas...Recuerdo los viejos tiempos, hace cuatro años, cuando sólo éramos amigos y nos encantaba ligar a los dos, por lo que había oído esas frasecitas muchas veces.

Te dejo que me beses, pero no que llegues más allá, Chuck. No entendí por qué hacía todo aquello. Por qué se iba, por qué había venido, si me mentía o si no, qué es lo que había cambiado entre nosotros para ahora estar así...
Lo seguí hasta la puerta y en un rápido movimiento me puse en la puerta para que no pudiera salir.

¿y por qué te queires ir entonces?Estoy aquí, estoy contigo, estoy a tu lado... Y te quieres ir.Si tanto me necesitaba, ¿por qué se iba?

¿y por qué no me demuestras que no soy un simple polvo y te dejas de tonterías? Le quité la mano de mi cara pero no la solté.
Estoy dispuesta a creerte, Chuck, siempre y cuando me des motivos para hacerlo.

Escuchaba cada una de esas palabras casi sin parpadear, para cuando terminó no pude evitar abrazarlo. Por eso me enamoré de él al principio y por eso no podía dejar de hacerlo, pero todavía había algo que me echaba hacia atrás, y era el miedo a sufrir otra vez.